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Imagina que un día notas una extraña sensación de ardor en la piel. Al poco tiempo, aparece un sarpullido doloroso y unas ampollas que se extienden en un solo lado del cuerpo. Si te ha pasado o temes que pueda ocurrirte, es posible que se trate de herpes zóster.

Esta enfermedad es más común de lo que piensas y puede afectar a cualquiera que haya tenido varicela. En este artículo, te explicaremos qué es el herpes zóster, cuáles son sus síntomas y cómo se trata.

¿Qué es el herpes zóster?

El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es una infección viral causada por el virus varicela-zóster. Este es el mismo virus que provoca la varicela.

Después de pasar la varicela, el virus permanece inactivo en el cuerpo y puede reactivarse años después en forma de herpes zóster. Cuando esto sucede, se manifiesta con un sarpullido doloroso y ampollas en una zona específica del cuerpo.

Síntomas del herpes zóster

El herpes zóster suele iniciar con dolor, ardor o picazón en un área de la piel, incluso antes de que aparezca el sarpullido. A medida que avanza, los síntomas incluyen:

Dolor intenso en un solo lado del cuerpo o rostro
Sarpullido en forma de banda que sigue el recorrido de un nervio
Ampollas llenas de líquido que se secan y forman costras
Sensación de hormigueo o entumecimiento en la zona afectada
Fiebre y malestar general en algunos casos

El dolor puede ser leve o muy intenso, dependiendo de la persona.

¿Cómo se transmite el herpes zóster?

El herpes zóster no se contagia directamente de una persona a otra. Sin embargo, alguien que nunca haya tenido varicela puede contraer el virus si entra en contacto con el líquido de las ampollas de una persona infectada.

En este caso, la persona no desarrollará herpes zóster, sino varicela.

Para evitar contagios:
✔ Mantén cubierto el sarpullido
✔ No toques ni rasques las ampollas
✔ Lávate las manos con frecuencia

¿Quiénes tienen mayor riesgo de padecer herpes zóster?

Cualquier persona que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster, pero es más común en:

Personas mayores de 50 años
Personas con el sistema inmunológico debilitado (por enfermedades como VIH o tratamientos como quimioterapia)
Personas con estrés crónico o falta de descanso
Personas que han tomado ciertos medicamentos inmunosupresores

Si te encuentras en alguno de estos grupos, es importante que tomes precauciones para reducir el riesgo.

Tratamiento para el herpes zóster

Aunque el herpes zóster desaparece por sí solo en 2 a 4 semanas, un tratamiento adecuado puede aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.

1. Medicamentos antivirales

Aciclovir, valaciclovir o famciclovir: estos medicamentos ayudan a reducir la duración de la enfermedad y aliviar los síntomas si se toman en los primeros 3 días después de la aparición del sarpullido.

2. Analgésicos y antiinflamatorios

✔ Ibuprofeno o paracetamol para controlar el dolor y la inflamación.
✔ En casos graves, los médicos pueden recetar medicamentos más fuertes.

3. Cremas y lociones para la piel

✔ Cremas de calamina o antihistamínicos para calmar la picazón.
✔ Compresas frías para aliviar el ardor en la piel.

4. Reposo y cuidado personal

✔ Mantén la piel limpia y seca.
✔ Usa ropa cómoda y suelta para evitar rozaduras.
✔ Descansa lo suficiente para ayudar a tu cuerpo a recuperarse.

Complicaciones del herpes zóster

En la mayoría de los casos, el herpes zóster se cura sin problemas, pero en algunas personas puede causar complicaciones como:

Neuralgia postherpética: dolor crónico que dura meses o incluso años después de que el sarpullido desaparece.
Infecciones en la piel: si las ampollas se infectan con bacterias.
Problemas oculares: si el herpes zóster aparece cerca del ojo, puede causar pérdida de visión.
Problemas neurológicos: en casos raros, puede afectar el cerebro o los nervios faciales.

Si tienes síntomas preocupantes, consulta a un médico de inmediato.

¿Se puede prevenir el herpes zóster?

Sí. Aunque no existe una forma infalible de evitarlo, llevar un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de desarrollar herpes zóster. Algunas estrategias naturales incluyen:

Fortalecer el sistema inmunológico: Consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras frescas, ayuda a mantener las defensas altas.
Reducir el estrés: La meditación, el yoga y las técnicas de respiración pueden disminuir el estrés, un factor clave en la reactivación del virus.
Descanso adecuado: Dormir bien permite que el cuerpo se recupere y funcione de manera óptima.
Uso de adaptógenos: Hierbas como ashwagandha, rhodiola, reishi, ginseng y tulsi pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y reducir el impacto del estrés en el organismo, lo que podría disminuir el riesgo de reactivación del virus.

Mantener un equilibrio en la alimentación, la actividad física y el bienestar emocional puede ser clave para prevenir el herpes zóster de forma natural.

Cuida tu salud y actúa a tiempo

El herpes zóster es una enfermedad molesta y dolorosa, pero con un diagnóstico y tratamiento oportuno, es posible reducir sus síntomas y evitar complicaciones.

Si notas dolor inexplicable en la piel seguido de un sarpullido, consulta a un especialista cuanto antes. Recuerda que cuanto antes inicies el tratamiento, mejor será tu recuperación.

📅 Agenda una cita con un especialista en Doctor Heal y recibe el tratamiento adecuado para aliviar tu malestar.

Tu bienestar es lo más importante. ¡No ignores los síntomas!